Un científico halla restos de dinosaurios que sobrevivieron a la gran extinción
En El mundo perdido, sir Arthur Conan Doyle planteaba una hipótesis improbable, pero de enorme gancho para una novela de aventuras: ¿y si los dinosaurios hubiesen sobrevivido a su teórica extinción, confinados en un reducto aislado? Dejando a un lado la fantasía, un extenso estudio en la revista Palaeontologia Electronica aporta indicios de posibles restos de dinosaurios posteriores a la frontera entre el Cretácico y el Terciario, que en el libro geológico de la Tierra marca la línea de los 65 millones de años, cuando presuntamente un asteroide cayó en Yucatán y provocó un borrón y cuenta nueva en la evolución de las especies.
El científico del Servicio Geológico de EEUU James Fassett ha desenterrado huesos de dinosaurios en la formación de arenisca de Ojo Alamo, entre los estados de Nuevo México y Colorado. Después de un detallado examen de las piezas y de la roca que las contenía, Fassett concluye que aquellos dinosaurios sobrevivieron hasta medio millón de años al impacto del meteorito.
Según explica el geólogo, su principal reto era descartar que el agua hubiese arrastrado huesos anteriores a la extinción y los hubiera depositado en roca más joven, una posibilidad que ha refutado intentos anteriores de descubrir el mundo perdido. En primer lugar, Fassett estudia la polaridad magnética del sedimento y las trazas de polen fósil para establecer que la roca es posterior a la extinción cretácica. A continuación, demuestra las diferencias entre las concentraciones de metales raros en los huesos y en los estratos anteriores a la extinción. Por último, revela la presencia de 34 huesos juntos de un mismo ejemplar, lo que sería imposible si los hubiera transportado una corriente.
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